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sábado, 2 de julio de 2016

Lecturas en tiempo real - Sparrings peso mosca

Siguiendo la estela del anterior post y aprovechando que El Deber también publicó a la otra finalista del certamen, les proponemos leer juntos la crónica que mereció la mención honrosa del reciente concurso organizado por El Deber.

Pasta de Campeón
por Jhonnatan Torres

"Cuatro segundos sin aire. Uno, dos, tres, cuatro… (como si fueran eternos)
1: El golpe preciso en la boca del estómago me quita el aire.
2: Pierdo el equilibrio. Intento respirar, no caer, meter aire. Caigo.
3: Desde el lodo puedo ver a estos hombres de uniforme, sin identificaciones. Uno sigue en la motocicleta negra, destartalada y sin placas; esperando a ver qué hago.
4: El aire vuelve con dolor, quiero hablar para pedir ayuda. Apenas puedo aferrarme a mi mochila e intento alcanzar la grabadora que cayó a menos de un metro del anónimo uniformado. Esto lo enfada más.
- No estarás grabando, ¿no?
- No…
- Bueno, cojudito, mejor que aprendas a no meter tu nariz donde no debes."
(De entrada encontramos una crónica más fresca y audaz en su estructura, si bien tal vez menos fina en su acabado. El tono es completamente distinto a la pomposa seriedad del texto ganador. Lo paradójico está en que esa mínima novedad puede terminar ahuyentando a los jurados.)

"Una advertencia por meter la nariz donde no debo. Un canal de drenaje donde venden droga. Sí, y qué. Con una mezcla de enojo e impotencia, recuerdo esa tarde en que me metí en este lío. Todo había empezado con un apretón de manos. Así nada importante." (Como la crónica ganadora esta también adolece de problemas gramaticales y de estilo, que quizás sumados a un menor oficio terminen mostrándose más a los ojos de los jurados, gracias a cosas como las frases inconexas con la que cierra este párrafo.)

"Dos meses antes de ese gancho al estómago, mientras trataba de entender cómo funcionaba esta ciudad que estructurada en anillos, devora a quien no puede seguirle el ritmo, conocí a Miguel." (Vamos entendiendo mejor las razones de la derrota. El autor favorece un estilo algo recargado en el uso de cláusulas dependientes, con muchas comas y expresiones subordinadas, que en lo periodístico suelen percibirse como relativamente 'sucias'.)

"Alguna vez me contaron que dar la mano al saludar era una forma de demostrar que no tenías un arma y que podías ser confiable. Fue lo único que se me ocurrió cuando lo tuve en frente, extenderle la mano. Él hizo lo mismo.
- Buenas ¿qué hace por mi humilde barrio? -Me dice en tono de broma.
Ese día, y así, conocí a Miguel Medina, quien a sus 56 años tenía las arrugas que te dejan la nostalgia, unos pantalones blancos y la autoconfianza de quien ha recibido muchos golpes en la vida.
- Yo fui boxeador, creo que por eso sigo vivo. - Dice." (Lo mismo se puede decir de una voz narrativa engorrosa, algo desordenada y hasta un poco cursi.)

"El negocio de la familia eran (...)" (Si la mención honrosa de un concurso se puede permitir un gazapo de este tamaño, mal vamos.)

"Entrenar para pegarle a la gente iba en contra de la voluntad civilizadora de los tiempos." (Uf, las razones de la derrota se van haciendo más y más claras)

"Ese año llegó un promotor de la AMB. Y eligió a unos cuantos. Para estar en esa selección había que hacer más que pelear. Había que ganar. " (Los problemas de estilo comienzan a ser serios.)

"Miguel combinó golpes al hígado, el estómago y la mandíbula, esa serie de golpes se convertirían en su marca personal." (La materia prima está, falta oficio, relectura y un poco de ingenio en la edición. Veamos: "Miguel lanzó golpes al hígado, estómago y mandíbula, una combinación que se convertiría en su marca personal.")

"Eran los 80 pues, el narcotráfico había sentado sus reales en Bolivia." (Uf, parte 2.)

"“La Perla” cayó por primera vez. No era un chiste. No estaban para bailar, lo iban a romper. Entonces comenzó a subir las manos, a cubrirse la cara, se olvidó del estilo. Por cada golpe que daba, recibía tres. Miguel no era un hombre fácil de tumbar. Era un toro que arrasaba con todo. “La Perla” recibe un golpe al hígado, cae, los golpes siguen y el público comienza a aullar." (¿Por qué el tiempo verbal de la narración de repente cambia de pasado a presente en medio párrafo?)

"Un fajador es un boxeador que combate a corta distancia intercambiando golpes hasta que alguien se desmorona. Digamos, Rocky Balboa." (¿No se podía citar a un púgil que no fuera de ficción, aunque sea por no parecer un diletante del deporte?)

"- Bueno, en la medida de lo que su forma de vida lo permite, se ha ganado el respeto de la gente ahí abajo." (Algunas partes de las conversaciones, especialmente los parlamentos del autor, no suenan naturales.)

"- Y siguió intentando, como cuando fumó la primera vez… (un fajador)" (No hace falta subrayar tanto lo que un lector apenas atentó ya notará.)

"- A varios (se ríe, pero inmediatamente cambia el semblante) he visto y he vivido muchas cosas. Cosas feas a veces." (Este segmento ilustra las carencias técnicas del autor, casi un autosabotaje.)

"La pasta base de cocaína (conocida también como paco, bicha, bazuco o carro) se produce con los residuos de la cocaína y es procesada con químicos como el diésel, queroseno y ácido sulfúrico." (Una oración tan salida de un manual antinarcóticos, o de la Wikipedia, honestamente sobra.)

"- Sí, ¡el campeón de la pasta! (risas) ¿Ve? Por eso me decían que yo tenía “Pasta pa´ campeón”." (Nos comemos nuestro zapato si esta conversación sucedió realmente así.)

"que hay un truco de engañar " (¿Un truco para? Y aquí vamos a parar de leer.)

"Intenté hablar sobre el tema con el Municipio, pero ese día el Oficial Mayor de Desarrollo Humano renunciaba, y en la Policía, los altos mandos estaban muy ocupados en la organización de la seguridad durante el Carnaval. Daban ganas de ir a llorarle a Gardel. Pero acá no tenemos eso. Un Gardel." (Uf tres.)

"Es el Wonder world de los perdidos." (¿Qué?)

"Albañiles, chicos bien, camioneros, taxistas, chicas bien, hombres de oficina, artistas, malabaristas callejeros. A todos les gusta la miel." (Uf cuatro.)

"Pura poesía. Todo." (!)


(Bien, la estructura de la crónica es algo confusa o por lo menos no fluye con la facilidad de la ganadora. No se impone una consistencia tonal, con elementos narrativos, de entrevista, de periodismo investigativo, desperdigados por todo el texto. El juego con planos temporales no está igual de bien resuelto. Espinoza los maneja mejor, tomando menos riesgos.
Dicho eso, esta crónica presenta personajes mucho más interesantes, una historia 'real' (no las elucubraciones sobre un fallido encuentro con una celebridad), y el ego del autor pesa menos. Leemos sobre Miguel y su vida, no sobre lo que opina de esta el autor, un lastre que en nuestra opinión debió serle fatal a la crónica que resultó vencedora.
Para resumir, nos preguntábamos por las razones que hicieron ganadora a la crónica que se coronó con los lauros del certamen. Habiendo leído a los dos finalistas que divulgó la organización, la respuesta es fácil. Gano el texto menos malo, aquel con un oficio más evidente.)

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