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sábado, 12 de septiembre de 2015

Caja de Resonancia 002 : Qué dice y qué no dice la crítica en los medios bolivianos

CDR002 - S.Espinoza "De un cinéfilo con amor" (La Ramona, Septiembre 2015)

Cualquiera que haya intentado hacer una carrera en las artes, sabe que es casi imposible ganar suficiente dinero con ello para mantenerte exclusivamente ejerciendo esa actividad. Entonces, hay que transar, habituarse a vivir en la precariedad (opción poco viable, considerando el origen pequeñoburgués de la gran mayoría de este segmento), o conseguir un empleo diurno que pague las cuentas. Tal vez esa es la razón por la que uno de los críticos de cine más visibles de la generación posdemocrática, escribe tan poco en el suplemento cultural que desde hace más de una década dirige. Por lo tanto, su retorno a las páginas dominicales es todo un acontecimiento. Tanto como el regreso de Peter Bogdanovich a la gran pantalla; por lo que es una feliz coincidencia que Espinoza critique el más reciente estreno del director de "The last picture show". Veamos qué tuvo que decir:

  • "Hace ya tiempo que lo único sorprendente que ofrece la cartelera comercial en Bolivia es la discutible ocurrencia de los distribuidores a la hora de traducir los títulos de las películas para su exhibición." Un chiste que por viejo no es menos impreciso. En la mayoría de los casos, los distribuidores no deciden la traducción de los títulos. Esa es una tarea a cargo de la empresa contratada para el doblaje/subtitulado, que (a veces) sugiere una terna de opciones al distribuidor. Así que la culpa no es de Manfer Films o de la empresa que provea al Cine Center, sino de quien hizo las traducciones para el mercado peruano-boliviano, donde se estrenó la película bajo este título. De todos modos, es tan importante este tema que amerita dedicarle todo un párrafo de tan breve texto? ¿O se hace solo por mantener la guerrita de egos que desde hace tiempo cree mantener este suplemento con Cine Center?
  • "Como fuere, lo que importa es el aterrizaje en salas locales de una obra que, aun no estando entre lo más logrado de su director, está muy por encima de las cintas en cartelera, al punto de justificar la inversión en la taquilla" Celebrar que la cara entrada no haya sido un desperdicio (el tema de los precios es otro fetiche de los escritores de este suplemento) confirma las penurias económicas de una vida dedicada a las artes. ¿Una película mala lo es menos si sale barato?
  • "el filme bien podría pasar por una obra de Woody Allen" ¿Esto es bueno, malo o indiferente? Con un tipo que lleva sacando una película por año desde hace cuatro décadas, ya no se sabe.
  • "Un largo etcétera de personajes típicamente neoyorquinos." Como Charly, yo nunca fui a New York, y creo que es un rasgo común a los lectores del suplemento. Tampoco conozco a alguien de Nueva York. ¿Qué quiere decir Espinoza con esto?
  • Dedicar 25% del texto, todo el último y largo párrafo, a justificar la relevancia pasada de Bogdanovich, no es precisamente un elogio para esta película. ¿Hay que ser condescendientes al verla? ¿Por qué? ¿Se mide la película positiva o negativamente con estrenos contemporáneos, como ser "Trainwreck" o "When we were young"? Que no se estrenen en Bolivia no quiere decir que no se puedan ver, o comentar. ¿Compite con las obras otoñales de otros grandes directores, Wilder, Capra, Hawks? ¿Y con "Noises off"? Esta puede ser información más valiosa para el lector, que sacarle brillo a las viejas medallas de Bogdanovich, más si estas son del tipo "fue amigo de" tal y cuál.
  • ¿Ni una palabra sobre las actuaciones? ¿Y el anacrónico machismo de la cinta, que tiñe de romanticismo el mundo de las "damas de compañía"? ¿Sobre lo llamativo que es que a Bogdanovich le produzcan esta película jóvenes herederos (Wes Anderson, Noah Baumbach), así como él hizo con Welles? ¿Ni mencionar que la película llegó a salas nacionales por su bajísimo costo de distribución, ya que se estrenó en un número de salas limitado, al mismo tiempo que se hacía disponible por la internet? Resaltar esa mezquina jugada sí podría haber sido un golpe certero a los dueños del Cine Center, en lugar de criticar el título de la cinta.
  • Ironías de la vida: el título original del guión era "Squirrels to the nuts", un guiño a Lubitsch que algún productor obligó a cambiar.

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